Si tu objetivo es perder peso o mejorar la salud, seguramente te habrán recomendado disminuir o eliminar las harinas de tu dieta, pero aún no entiendes por qué.
¿La harina me hará engordar? Si consumo galletas, pasteles o cualquier cosa hecha de harina ¿se acumula directamente como grasa en nuestro tejido adiposo? ¿Qué tiene de malo?
Empecemos por el principio
Durante miles de años el ser humano ha sobrevivido gracias a los alimentos que estaba a su disposición (frutas, verduras, hortalizas, semillas, peces, carnes, huevos, etc.) según su área geográfica, así el metabolismo se desarrolló, y creció con este tipo de provisiones, por lo tanto nuestro genes responden bien cuando consumimos frutas, verduras, etc., pues la mayoría de nosotros toleramos este tipo de alimentación.
Cuando comemos una fruta lo que busca nuestro cuerpo son los nutrientes que puede aprovechar de ella, sin embargo, los alimentos vienen acompañados de otros componentes que no asimilamos y por ende, los desechamos, pero nuestro cuerpo es muy eficiente y absorberá lo máximo posible esos nutrientes.
Volviendo al tema anterior, los seres humanos hemos sobrevivido gracias a estos alimentos, pero para obtener sus nutrientes nuestro cuerpo tiene que esforzarse, por eso hemos desarrollado la dentadura para masticar y desgarrar los alimentos, que en su mayoría, son sólidos y como si fuera poco, el estómago sigue trabajando para degradarlos en moléculas más simples y puedan ser absorbidos en el intestino delgado, pasando luego a la sangre, hasta que llegan finalmente a las células para cumplir su función.
¿Qué sucede con las harinas?
Las harinas son un alimento procesado, que ha sido transformado de un grano entero a una harina refinada, y cuando se consume un producto procesado, el principal problema no radica únicamente en los ingredientes sino en la composición, así la respuesta de nuestro cuerpo frente a ese alimento, cuando vamos a empezar a comer, es que nuestro organismo se prepara y activa todos los mecanismos necesarios para la digestión porque sabe que va a costar trabajo. Las harinas son fuentes de carbohidrato, sin embargo no estamos acostumbrado a consumir las fuentes de carbohidratos que naturalmente vienen acompañados de un componente que dificulta y retrasa su absorción: la fibra, y como el organismo espera recibir alimentos enteros que necesiten ser degradados porque evolucionó consumiendo este tipo de alimentos, en el momento que ingerimos alimentos refinados, que no necesitan tanta degradación, se alterará el metabolismo sobre todo cuando son provenientes de carbohidratos porque la absorción será más rápida de lo que debería, liberando más glucosa en la sangre de la que el cuerpo necesita, obligando al páncreas a segregar más insulina de la habitual para poder almacenar el exceso de glucosa, a esto se le conoce como picos de insulina.
Esta respuesta hormonal generara un desbalance que altera el apetito, ahora veremos un ejemplo.
La respuesta hormonal será diferente cuando comemos un alimento entero a un alimento procesado y esto impactará en cuánta cantidad comeremos de dicho alimento, a nuestro cuerpo no le conviene consumir alimentos de rápida absorción porque comerá más calorías de las que necesita sin darnos cuenta.
Como si fuera poco, a un alimento refinado en su mayoría se le quitan los componentes que generan saciedad (fibra) y se le añaden otros que aumentan su palatabilidad (azúcar y grasas de la peor calidad) con lo que vas a comer más cantidad por su sabor y gracias a su composición, por la ausencia de fibra, te van a saciar poco y como se absorberá rápidamente te dará hambre nuevamente a pesar de que haya sido una fuente alta de calorías.
Seguro te ha pesado que son las 4 de la tarde y tienes algo de hambre, pero no tanta como para preparar un plato bien elaborado así que, para merendar te comes unas galletas y como arte de magia minutos después, tienes más hambre que al principio y te dan ganas de seguir comiendo más galletas y cuando menos lo esperas, descubres que te acabas de comer todo el paquete y por desgracia para muchos en sólo cuestión de minutos vas a decir nuevamente, “tengo hambre, y tengo que estar comiendo cada 3 horas”.
“Los alimentos refinados son muy engañosos, son una fuente alta de calorías y a su vez llenan poco”.
Cuando consumes un trozo de carne te darás cuenta de que la saciedad dura muchísimo más porque la digestión es más lenta debido a su composición, y esto no es necesariamente malo, ocurre que desde hace mucho tiempo se trae la idea de que puede ser súper nocivo y quiénes incluso dicen que se pudre (lo cual es absurdo y ningún sentido evolutivo) se equivocan, de hecho, en una dieta para perder peso, la proteína juega un papel clave para la composición corporal y saciedad, una dieta baja en proteínas es una dieta de hambre continua, es más, muchas personas experimentan esa sensación que luego de ir a una parrillada con sus amigos en la noche, comen tanta carne que incluso al otro día se sienten tan llenos que se ven obligados a saltarse el desayuno porque aquel alimento proteico, genera una alta saciedad.
Una de las consecuencias más notorias, producidas por el consumo de harinas, es que nos altera el metabolismo desordenando las hormonas que controlan nuestro apetito, por eso comemos de más, logrando entonces, un exceso de calorías que nos hará subir de peso o simplemente no nos dejará perderlo.
Los productos refinados tienen muy poco poder saciante y para sentirnos satisfechos debemos consumir una cantidad importante, así, consumiremos altas dosis de calorías o nos dará ansiedad durante el día por el impacto que hace en la microbiota intestinal y por los picos de insulina.
En resumen: La mayoría de las personas comemos en base a nuestras sensaciones (comemos hasta que nos sentimos saciados) si tocamos el tema de las calorías, y si esas calorías provienen de alimentos enteros como frutas, verduras, legumbres, carnes, comeremos una cantidad moderada hasta sentirnos saciados, pero, si son fuentes de harinas como panes, bollería o galletas, consumiremos una cantidad de calorías más alta sin darnos cuenta porque su poder saciante es muy bajo. Por lo tanto, después de ingerir un alimento entero, la sensación de llenura durará mucho más tiempo que la que proporciona un alimento procesado como son las harinas.
¿Y el pan integral? ¿O las harinas de avena, etc…?
Sin duda habrá ingredientes mejores que otros, un pan integral es mejor que un pan blanco, una torta con harina de avena será mejor que una de trigo, por eso, en cuanto a los ingredientes, si se mejora su calidad la ventaja más notoria se reflejará en la microbiota intestinal ya que los cereales, como el trigo, puede traer problemas a muchas personas puesto que el éste contiene un proteína que algunos, como lo celíacos, no toleran, me refiero al gluten, el que puede causar una disrupción endócrina y una inflamación, entonces, cambiando el ingrediente será mejor para su intestino, pero si hablamos de calorías, hambre y saciedad el impacto es muy similar porque al fin y al cabo, sí son ingredientes de calidad pero no dejan de ser alimentos procesados.
En este punto vendría la individualización, si quieres perder peso una de las mejores cosas que puedes hacer es eliminar los harinas de tu dieta, de esta manera lo remplazaras por alimentos enteros que generan más saciedad y comerás menos durante el día pudiendo perder peso.
Si te encuentras en un peso saludable y un porcentaje de grasa corporal óptimo y quieres consumir harinas porque no te afecta en tu peso corporal, lo recomendable es que sean de mejor calidad, cómo trigo sarraceno o avena.
Suele pasar que al ver un alimento procesado, nos enfocamos sólo en las calorías, por ejemplo, una galleta, si bien no habrá de preocuparnos porque su aporte calórico es bajo (digamos, unas 200 calorías) comerla, nos estimulará el apetito llevándonos a consumir más. Las calorías son muy importantes pero sólo son una parte del rompecabezas.
Interesante la nota, PERO DESTACARÉ ALGUNOS PROBLEMITAS de ortografía y cohesión, como por ejemplo: al inicio del texto escribieron «abran» que es la conjugación del verbo abrir, cuando lo correcto era escribir «HABRÁN» recomendado… Este es un error de cohesión: «la mayoría de nosotros toleran este tipo de alimentos», lo correcto fue escribir: LA MAYORÍA DE NOSOTROS TOLERAMOS ESTOS TIPOS DE ALIMENTO. La ausencia de la coma es una falta ortográfica, también notable en esta publicación, se destaca un ejemplo de ello en la expresión: «hemos desarrollado la dentadura para masticar y desgarrar los alimentos que en su mayoría son sólidos y como si fuera poco el estómago…», en este caso, la coma (,) una gran protagonista porque nos permite pausar la lectura, va después de la expresión: «…y como si fuera poco,(…)» Otro error observable: cuando entre párrafos se expresó: «Los alimentos refinados son muy engañosos, son una fuente alta de calorías y a su ves llenan poco». Aquí se escribió ves (del verbo ver) cuando lo correcto era escribir: …a su «VEZ» llenan poco y cerrar las comillas pertinentemente.
En un párrafo siguiente se lee: «…de hecho una dieta para perder peso la proteína juega un papel clave…» aquí faltó la proposición «EN» y algunas comas, debiendo quedar así: «DE HECHO, EN UNA DIETA PARA PERDER PESO, LA PROTEÍNA JUEGA UN PAPEL CLAVE…»
En la respuesta a la pregunta qué sucede con las harinas, al final se ha escrito «ah esto..» ese ah es una interjección que expresa asombro o conformidad, lo correcto es que se escriba: «A ESTO…» Otro error es la ausencia de tilde en las siguientes palabras: «area» por «área»; «ademas» por «además»; «por que» va acentuado en por «qué» dando por resultado «POR QUÉ» ya que da a entender que busca o dará una explicación, «optimo» por «ÓPTIMO». Mayoria sin tilde está mal escrito, se escribe «MAYORÍA». «Más» lleva tilde cuando se quiere dar una idea de suma, aquí algunos errores: «…una cantidad de calorias mas alta…» (encima, calorías con tilde en la i), «…sensación de llenura durara mucho mas tiempo…» y así sucesivamente…
Y por último, no se escribe con mayúscula entre paréntesis cuando lo que se da es una ampliación de la idea, tal como se muestra en el último párrafo: (Es que estas galletas solo tienen 200 calorías)
No es mi intención generar malestar en nadie, sólo pretendo estimular a que los redactores mejoren su ortografía, es sumamente importante respetar las reglas porque ello es lo que hace que un texto sea de calidad, no obstante, la nota estuvo interesante. Saludos desde Argentina.
«LA MAYORIA DE NOSOTROS TOLERA» . S ujeto: La mayoría. Tercera persona. Cordiales saludos.
Gracias, ha sido un gran aporte, todo bien resumido. Excelente.